Eiza González fue internada hace dos semanas en un hospital al sur de la Ciudad de México debido a una serie de dolores intensos que se le presentaron repentinamente, debido a la bulimia (tendencia a vomitar después de comer con el fin de no subir de peso) que padece desde hace tiempo.
De acuerdo con reportes del hospital, fueron cuatro días los que la actriz permaneció bajo observación, luego de ser ingresada al área de urgencias el pasado martes 25 de junio, quejándose de un malestar abdominal.
En la ficha de ingreso se refiere que a la paciente, de 23 años de edad, se le realizó una biometría en el apéndice para conocer el origen de sus males, y conociendo su historial se determinó que debería quedarse toda la noche para ser tratada.
Incluso, la misma Eiza, al ser entrevistada por el médico que la valoró en primera instancia, dijo que es recurrente el vómito en ella, aunque no quiso admitir que lo que en realidad la llevó al hospital fue un trastorno alimenticio, cosa que después los doctores determinaron.
La historia
De acuerdo con fuentes cercanas a la también cantante, ella se dirigía la tarde de ese martes 25 de junio a pasear y hacer compras a la zona de Polanco en compañía de una amiga, donde se reuniría con varias amistades más.Sin embargo, en el trayecto Eiza comenzó a sentirse mal y a presentar mareos, hasta que finalmente se desmayó en el asiento de su camioneta. Asustada, su amiga, quien no era la primera vez que la veía en ese estado, determinó que lo mejor era dar aviso a su familia y llevarla directamente al hospital.
Fue por la tarde cuando González arribó inconsciente al Hospital Ángeles del Pedregal, al sur de la capital, para ser tratada en urgencias, donde los médicos la reanimaron y le asignaron una habitación, en la que sería tratado su alto grado de desnutrición. Al hospital llegó su madre, la ex modelo y empresaria Glenda Reyna, quien se quedó con Eiza toda la noche, esperando que fuera dada de alta inmediatamente, lo cual no ocurrió por el fuerte deterioro que presentó al llegar.
La madre de Eiza se retiró hasta el miércoles al mediodía, confiando el cuidado de su hija al novio de ésta, el empresario Pepe Díaz, quien la acompañó por una noche más mientras la protagonista juvenil de Amores verdaderos mejoraba lentamente. Díaz, al igual que lo hizo Reyna el día anterior, se retiró del lugar el jueves pasadas las 11:00 horas, esperando que alguien más se hiciera cargo de su novia, quien hasta ese momento ya llevaba tres días y dos noches bajo tratamiento.
Ese mismo día llegó un grupo de amigas de Eiza, quienes la acompañaron en su última noche en el hospital y fueron testigos de su recuperación, ya que a la mañana siguiente, el viernes 28 de junio, fue dada de alta, una vez que se le suministraron los nutrientes suficientes al cuerpo para que pudiera caminar sin desmayarse.
Afuera del hospital la esperó su madre, quien luego de subirla a la camioneta entró a pagar la cuenta de los servicios médicos, la cual fue cubierta en su totalidad por el seguro que la joven actriz, cantante y modelo tiene contratado. Antes de marcharse, los doctores que la atendieron le recomendaron que se sometiera a un programa de rehabilitación, ya que cuando una paciente que recurre al vómito para mantener su peso pierde el conocimiento, es porque tiene serios problemas de desnutrición que pueden llevarla a la muerte.
Sin embargo, como no pueden obligarla a quedarse internada para ser atendida psicológicamente, dejaron que Eiza se marchara, confiando en que el episodio no volverá a repetirse. En su cuenta de Twitter, la actriz no dio cuenta de su hospitalización, pero hizo referencia al mal momento por el que atravesaba, señalando que sólo las personas que en realidad la quieren estuvieron con ella.
En malos pasos
Cabe mencionar que esa no fue la primera vez que Eiza González sufre un episodio similar al que la llevó al hospital, pues, según los informantes, durante las grabaciones de la telenovela Amores verdaderos, en la que interpretaba a una joven con problemas alimenticios, también perdió el conocimiento cuando se dirigía a uno de sus llamados.
La idea de que la modelo sufre de anorexia o bulimia lleva varios años discutiéndose en la opinión pública, ya que ha sido evidente su pérdida de peso hasta el punto de la delgadez extrema, además de las cirugías plásticas a las que supuestamente se ha sometido en el rostro.